sábado, 25 de junio de 2011

Itinerarios del modernismo y el post modernismo. Sus momentos y cambios de orientación.

Desde el ejemplo de la arquitectura, Andreas Huyssen, marca el vigoroso rechazo del pasado como un componente esencial para el movimiento moderno de principios de siglo XX, así como un nuevo iluminismo que exige diseños racionales para una sociedad racional, tomando a las edificaciones como partes vitales de la renovación social. Logrando un programa de modernización a través de la estandarización y racionalización.
Posterior a la segunda guerra mundial la arquitectura moderna perdió gran parte de su visión social y fue convirtiéndose en una arquitectura del poder y la representación, más que señal y promesa de una nueva vida, los proyectos modernistas se convirtieron en símbolo de alienación.
En los ’60 el modernismo era el canon académico de los museos y las galerías y fue reemplazado por una cultura de la confrontación en la calle. El posmodernismo era la ruptura con el pasado vivida o percibida como un paso hacia la liberación total del instinto y la conciencia. Fue una revuelta contra la versión del modernismo que había sido domesticada. Diferentes escritos posmodernistas afirman que el posmodernismo de los 60s es la culminación lógica de las intenciones modernistas.
En el posmodernismo de los 60s encontramos cuatro características que menciona Huissen:
- Una imaginación temporal dotada de un poderoso sentido de futuro y de nuevas fronteras, de ruptura y discontinuidad, de crisis y de conflicto generacional.
- Ataque a la institución artística (como lo menciona Bürger).
- Optimismo tecnológico (ejemplos: cine, fotografía, computadora, etc.).
- Intentar validar la cultura popular como desafío al canon del arte, tradicional o moderno.
Hacia los 70s, el posmodernismo vanguardista de los años 60s, había agotado en parte su potencial, el posmodernismo de los 70s, y 80s, rechazo y criticó una cierta versión del modernismo. Emergieron nuevos conceptos, tales como, la emergencia de una cultura del eclecticismo, un posmodernismo ampliamente afirmativo que abandonaba todo reclamo critico, toda negación o trasgresión, así como un posmodernismo alternativo que definía la crítica de resistencia y trasgresión del status quo en términos no modernistas ni vanguardistas, más de acuerdo con los cambios políticos de la cultura contemporánea. El arte, la literatura y la crítica femenina son una parte importante de la cultura posmoderna de los 70s y 80s, y demuestran la vitalidad de esta cultura.
Asimismo encontramos una dispersión de las prácticas artísticas; mezcla de culturas premodernas, no modernas y cultura de masas. Se generalizo la actitud de los artistas que tomaban materiales y formas del universo cultural popular o de mass media, trabajándolos con estrategias modernistas o vanguardistas.

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