sábado, 25 de junio de 2011

Vanguardias históricas y neovanguardias.

Las vanguardias históricas residen en experimentar nuevas percepciones de un objeto hasta llegar a provocar otros significados u otras visiones del mismo objeto. Proponen un proyecto transformador respecto a la sociedad, desde una postura activista y social frente a las instituciones. Tomando como criterio de análisis lo novedoso y tratando de superarse así misma periódicamente.
Posterior a la segunda guerra mundial, estas “vanguardias heroicas”, tendieron a enfriarse, o mejor dicho a institucionalizarse. Las propuestas utópicas y las declaraciones llenas de fe en la esperanza de un mundo mejor acaban por perder su sentido en estos nuevos movimientos. Los grupos y movimientos aislados que nacieron adquirieron una postura diferente a sus precedentes, podríamos decir que no es más que una relectura de las primeras vanguardias. Por ejemplo el pop art o el arte conceptual son una especie de vuelta de tuerca de las premisas del dadaísmo.
Distintos tipos de galerías, críticos o museos apoyaron este surgimiento de lo que consideraron arte moderno. Los antiguos mecenas del arte que emitieron juicios de valor, coherentes, personales e ideológicos, ahora se encuentran más cerca del comercio y marketing artístico.

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