sábado, 25 de junio de 2011

Modernismos del siglo XIX, del siglo XX y de la década del 60’.

Los modernismos del siglo XIX según sus pensadores estuvieron atravesados por ambigüedades y contradicciones, dudas y temores. Dos grandes narradores del siglo podrían ser Marx y Nietzsche que coincidían en que las corrientes de la historia moderna eran irónicas y dialécticas, atacaban el modernismo pero esperaban una solución desde el mismo modernismo.
Marx considero que la vida moderna es contradictoria, si bien la tecnología ha avanzado como nunca antes, la vida humana se ha reducido solo a lo material, pero aun así alimenta la confianza de que una nueva clase de hombres y mujeres modernos (trabajadores) podrán superar dichas adversidades.
La posición de Nietzsche ante los riesgos de la modernidad del XIX fue aceptarlos ya que mantenía que surgiría una nueva clase de hombres que imaginaria y crearía nuevos valores para guiarse en los peligros modernos.
A diferencia del modernismo del siglo XIX, en siglo XX encontramos pensadores que hacen polarizaciones y generalizaciones categóricas, consideran a la modernidad con un entusiasmo ciego o se la codena con una lejanía. Por un lado se encuentran seguidores apasionados de la modernidad, como puede ser el movimiento futurista con la visión de fábrica como ser humano, una adaptación a la dinámica tecnológica. A esto se enfrentaban pensamientos críticos tales como los de Weber viendo a las masas, como masas hormigueantes carentes de sensibilidad y dignidad, personas como reproducciones mecánicas de la modernidad.
Los años 60 se ven franqueados por tres tendencias respecto a la vida moderna: afirmativa, negativa y apartada.
Un grupo heterogéneo de escritores, desarrollo una visión afirmativa del modernismo de los 60, coincidente, en parte, con el surgimiento del arte pop acoplando actividades como la moda, el diseño, la politica y el entretenimiento con el arte. Otros sostenían una visión un tanto más crítica del modernismo de los 60: un modernismo como revolución permanente contra la existencia modernista. Piensan que el modernismo de los 60, era negativo para el crecimiento de valores en el mundo, además lo destruye. Intelectuales diferentes de la época optaron por ignorar la historia y la cultura moderna, borrando del mapa la cuestión de la modernidad, alimentando la idea de que todo solo fue un invento. Una apartada podrían tener Barthes y Greenberg en que el único interés que tenían por al arte moderno era el arte mismo, el modernismo era entonces la búsqueda de un objeto de arte puro.

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